Cruce de caminos de las mas importantes rutas comerciales en este Mar. Parada y fonda de aquellos barcos que buscaban en el puerto de Mahón refugio de los temporales y una base para repostar
El desarrollo social, económico y cultural de Menorca va unido a la actividad comercial de este puerto ; siendo además, puerta de entrada de nuevas ideas procedentes de Europa que darán a los mahoneses un carácter liberal y abierto.
Pero, una isla con un puerto de esta importancia es codiciada por todos; y así, con cada nuevo inquilino nace una nueva construcción para su defensa.


En 1535 Barbarroja arrasa la ciudad de Maó. En 1554, Ciutadella sufre la misma suerte a manos del pirata berberisco Piali. Las murallas de Ciutadella son derribadas en el XIX; hoy, las avenidas que son llamadas “sa contramurada” nos recuerdan su trazado.
En Maó, queda todavía en pie el llamado Portal de San Roque (es Pont de Sant Roc) testigo de aquel tiempo y resto de aquella muralla que por su fragilidad no pudo resistir a la artillería del pirata.
Consciente de la necesidad de defender la Isla, Carlos I manda levantar un castillo que cambiará el paisaje de nuestro puerto y estará llamado a ser la más importante fortaleza de nuestro Mediterráneo.

La defensa de la ciudad se traslada a la orilla sur de la bocana del puerto.
Maó se mantendrá a salvo de los ataques piratas y su puerto ganará fuerza como enclave estratégico. Así pues, a principios del XVIII, los británicos empezaran una dominación que se vera interrumpida y reiniciada en lo que será una continua contienda por la posesión de la fortaleza que asegura el más importante puerto del Mediterráneo.

Los británicos, en sus etapas de dominio sobre Menorca, reforzaran San Felipe hasta convertirlo en una fortaleza a la que, tanto a franceses (1756)como a españoles (1782) costará sangre, sudor y lágrimas conquistar.
Tan solo, en 1798 tomaron el castillo (en esos momentos español) por la fuerza; aunque hay que decir que no tuvieron demasiadas dificultades para la conquista, dado que los españoles, en una cuando menos cuestionable decisión de Carlos III, habían comenzado la voladura de San Felipe en 1783.
Algunos historiadores afirman que tal decisión viene dada a causa del convencimiento real de que Port Maó sin castillo ya no seria un enclave importante; si así fuere, es clara la equivocación del Rey y sus consejeros, ya que la conquista británica de 1798 lo confirma.

PUERTA DEL LAZARETO DEL PUERTO DE MAÓ
El XIX se cierne sobre nuestro puerto como una tiniebla.
Con la sillería del derruido Castillo se construye el Lazareto.
Mahón, aquel puerto deseado, se convierte en pesadilla de marineros que pasan aquí cuarentena en caso de contraer enfermedades contagiosas en sus singladuras. La mortandad en el lazareto es alta, dado el desconocimiento que la Medicina tiene en esa época de los tratamientos de tales enfermedades, lo cual contribuye al comienzo de la leyenda negra que convertirá a nuestro puerto en un lugar poco deseado, de un gris triste y poco amable.
El puerto se arma contra las enfermedades, el Lazareto es el escudo que las detiene para impedir su propagación.
Pero, por otro lado, la defensa militar es escasa, una nueva conquista por parte de alguna potencia extranjera seria relativamente fácil.
La defensa del puerto descansaría en algunas viejas baterías y en las torres Martello construidas por los británicos en su última dominación.
San Felipet, Teulera, Princesa y Penjat, permanecen todavía vigilantes, resistentes al paso del tiempo, como si se negaran a no servir para aquello que fueron levantadas.


Se establece entonces una ruta comercial que unirá la ciudad de Tolon con la de Argel.
Menorca, a medio camino entre estos puertos, vuelve a ser un importante enclave para Francia.
Pero, no es España la nación más preocupada por una hipotética invasión francesa. Gran Bretaña sigue siendo la dueña del Mediterráneo y ve con temor ese supuesto; así pues, insta a España a defender la Isla con la amenaza de que de no hacerlo "se tomaran cartas en el asunto".
A lo que es una sutil amenaza británica, la corona española responde con la construcción de una -en un principio- improvisada fortaleza que estará llamada a ser la heredera de San Felipe
LA FORTALEZA DE ISABEL II EN LA PENÍNSULA DE LA MOLA DEL PUERTO DE MAÓ.
Última gran construcción defensiva, la fortaleza de Isabel II acaba el periplo de una historia, la de nuestra Isla, plagada de invasiones y luchas por su posesión. Su particular singladura esta marcada por un tiempo de rápidos avances tecnológicos, luchas sociales y guerras fraticidas. Todo ello, hace de esta particular construcción un monumento a nuestra historia mas contemporánea y un valor a salvaguardar para el conocimiento y estudio de las futuras generaciones.
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