...de que el sentido de la vida se escapa a su entendimiento, algo interior se rebela y el miedo a lo desconocido condiciona su existencia.
Busca refugio en sus Dioses e intenta perpetuar el recuerdo de su paso por la vida.
Con los elementos que tiene a su alcance, trata de retratar en las paredes, como único lienzo, escenas de su vida; a sabiendas que ellas se perpetuarán a su muerte.
De esta manera nace el Arte
Cuando en 1798 los soldados de Napoleón conquistaron Egipto, dejaron la huella de su paso dibujada en la piedra de las pirámides. Hoy, lejos de ser un atentado al patrimonio de una civilización, esos nombres y esas fechas grabadas sobre tumbas de faraones son también testigos del paso de un General que, por su genio militar, ha escrito las mas gloriosas páginas de la historia de Francia
Jovellanos, figura principal del movimiento de la Ilustración en España, fue desterrado en 1801 al castillo de Bellver en Palma de Mallorca. Allí, pasaría largas horas de cautiverio. Su falta de medios para ejercer su pasión por la literatura, no le impidieron que ésta se reflejara en las paredes de su alcoba.
Hoy, esos escritos se conservan, algunos incluso enmarcados, en las paredes del Castillo.
Cuando los soldados de las tropas Aliadas conquistaron París en la 2ª Guerra Mundial, muchos de ellos, al subir a lo más alto de la Torre Eiffel, dejaron sus nombres sobre el hierro del símbolo más emblemático de Francia y, en aquellos días, del Mundo.
Cuenta el Coronel Fornals en su libro "la fortaleza de Isabel II en La Mola del puerto de Mahón" que en las paredes de la Penitenciaria de la Fortaleza de La Mola se podían leer, hasta hace poco, algunos escritos de aquellas personas que por ella pasaron. Entre otros el General Moncada, héroe de la resistencia cubana en la Guerra de Cuba.
Moncada, firmó un armisticio con el Estado español, por el cual se le desterraba a él y a varios de sus camaradas junto a sus familias a la isla de Jamaica. La verdad es que acabaron en el Penal de La Mola, donde, según cuenta la Historia, pasaron seis largos y penosos años de cautiverio.
Fornals nos reseña en su libro uno de esos escritos "graffiti" de Moncada...

Quédate con Dios, prisión
de seis años menos meses
que me marcho para Cuba
y no quisiera más verte
General Moncada
(no es graffiti)
Sin duda, de existir todavía, seria un curioso documento que daría fe de la estancia en La Mola de este importante personaje, protagonista indiscutible de la Historia, tanto de Cuba como de España.
Seria del todo imposible contabilizar el número de personas que habitaron este lugar desde que fue fortaleza hasta el día de hoy. Soldados de todas las procedencias, sus mandos y familias, presos militares y políticos... todos ellos vivieron y, de alguna manera, sufrieron aquí los avatares de nuestros más recientes acontecimientos históricos.

¿Quién no tuvo alguna vez la tentación de escribir su nombre en una pared ?
Algunos piensan que es algo que degrada el entorno, que lo ensucia. Será casualidad, pero son los mismos que no ponen obstáculo alguno a la hora de llenar de cemento nuestro paisaje. Claro esta que todo tiene un limite, como ejemplo diré que las recientes pintadas aparecidas en una de las galerías de la Fortaleza son del todo inaceptables. En la Mola, la historia ya esta escrita, esos graffiti no son mas que una gamberrada de mal gusto.
Pero aquellos otros que nos permiten adivinar cuales fueron los sentimientos de los que aquí habitaron, son parte misma por merito propio, del lugar; ya que fueron realizados en otra coyuntura, en otro tiempo, en otra España distinta a la nuestra. Con su contemplación nos acercamos un poco más a esas personas que los hicieron y de alguna manera, los recordamos.
Al fin y al cabo, es lo que todos pretendemos cuando pintamos las paredes: que alguien, después de muchos años nos recuerde, ser inmortales en otra pared distinta a la asignada en el cementerio


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