1 may 2008

TODA UNA MILI...



Al finalizar el servicio militar se le entregaba al soldado una especie de librito de color blanco al que se le llamaba “la blanca”.

Todos los soldados se pasaban la mili añorando tenerla en sus manos, ya que, eso significaba retornar a la vida civil. La libreta en si, era tan solo un pequeño historial de tu comportamiento, datos y otras recomendaciones, donde a todos nos despertaba la hilaridad aquello de “valor: se le supone”.
Después, una vez reincorporados a "nuestro estado natural", nos pasábamos los días relatando batallitas y aburriendo soberanamente al personal. La mili era una experiencia intensa en nuestra vida, quizás por la edad, por permitirnos salir de nuestros habituales paisajes, conocer gente … Todos quienes vivimos la experiencia, la recordamos de vez en cuando, ya despojada de acritud y como una hazaña de juventud, y a medida que cumplimos años estos relatos se convierten en “las batallitas del abuelo” .













Llegue a La Mola en en 1955
El 27 de marzo ice el Periodo
De instruncion a los 56 dias juere bandera
Me des tinaron a Llucalari a los 3 Meses...


(llucalari es una bateria de costa artillada con cañones Vickers 38.1, situada en la costa sur de Menorca)







El soldado de esta pintada, no se conformócon contar su vida militar a sus familiares y amigos, ni con aburrir a su novia con sus relatos cuarteleros; ni corto ni perezoso, en una pared de La Mola, se puso a relatar su particular historia, que por curiosa, bien se merece no ser olvidada.










Me fui de Para ca y dista Me reconocieron
18 Medicos y No Me aprobaron por...(SIC)




Hasta aquí, todo es normal. El soldado llega a La Mola en 1955, jura bandera y es enviado a la Batería de cañones Vickers artillada en Llucalari, al sur de la Isla. Lo curioso viene después, cuando nuestro protagonista decide alistarse a la Brigada paracaidista. Allí los médicos le hacen el tradicional chequeo. Lo que resulta difícil de creer es que lo vieran 18; pero le concederemos el beneficio de la duda.
La cuestión es que no lo admiten y aquí llega lo más curioso y divertido.












Un guebo mas grande que el….(no se ve en la foto, pero pone “otro” )
Después De tirar con el 38 ( se refiere al cañon Vickers 38.1) Me
A tirar con los antiaereos…...



El relato continua, pero tan solo se puede leer algo de que sirvió de asistente a determinado mando militar hasta que se fue cumplido.

Confieso que descifrar esta pintada me costó sangre, sudor y lagrimas. Sangre y sudor por las faltas de ortografía y lagrimas por lo que me reí imaginando a 18 médicos llegando a la conclusión de que no era apto para servir de paracaidista a causa de tener un testículo mas grande que el otro. Sin duda, esta “anomalía física” no permitiría un buen descenso, desviando el paracaídas de su rumbo.

Como ya dije en otros capítulos, en aquella España se hacían las cosas “con dos huevos”; pero parece ser que solo con dos, ni con uno, ni con dos y medio.








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