...Y SU INFLUENCIA EN LA FORTALEZA DE ISABEL II
Hay que dar la sensación al enemigo de que tenemos los cañones intactos

imagen del baluarte 9, cuyas troneras fueron reforzadas con pantallas de hormigon y en su interior artillado con piezas de retrocarga Ordoñez
Mas tarde una serie de baterías de costa defenderían nuestro puerto y gran parte de las costas sureste y noroeste de la Isla con este tipo de cañones y obuses, artillados en los acantilados de La Mola, cuyas alturas alcanzan hasta los 80 m.
Aunque la mecánica artillera avanzaba a tal velocidad, que no será hasta la década de los treinta, ya entrado el siglo XX, en que La Mola estará en condiciones de una defensa eficaz, gracias al montaje de los cañones Vickers 38.1.

De los 18 cañones comprados a Gran Bretaña, Menorca recibiría 6; dada la pequeña extensión de la isla, es de suponer que para el Estado seguíamos siendo un enclave estratégico de gran importancia.
De esas seis piezas, dos llegaron a La Mola y aun permanecen aquí, pudiendo ser visitada una de ellas.

En el dibujo se puede leer: Pieza del 38 con 1

La silueta de los conocidos popularmente como 38`s, forma parte ya del paisaje de nuestro puerto. Fueron los centinelas de la bocana, respetados y temidos durante nuestra Guerra civil y mimados por todos los oficiales que los mandaron hasta que en el año 1991 fueran desafectados.
En torno a ellos nace otra leyenda mas de las muchas que tiene La Mola. Se trata esta vez de la confusión que tienen algunas personas sobre si fueron utilizados para el rodaje de la película “los cañones de Navarone”; lo cual es del todo incierto.
La verdad es que su imponente y amenazante aspecto es de por si suficiente reclamo para visitarlos.
EL 38, EL ULTIMO HONDERO
El hondero balear paso a la Historia por su eficacia en el combate. Estos guerreros menorquines hicieron frente a los romanos en una desigual batalla que trascurrió en el puerto de Maó; las naves romanas fueron detenidas por la lluvia de piedras que, como defensa, se arrojaron contra ellas y obligadas a proteger sus cubiertas con parapetos de cuero.
El 38 es el ultimo hondero, sustituye los primitivos proyectiles de piedra por 1000 ks de hierro que son lanzados por la fuerza de 200 ks de pólvora a una distancia de 35 km.
Del hondero al 38 pasaron mas de dos milenios; pero en el fondo, nuestras costas se defendían de la misma manera: encima de los acantilados y lanzando proyectiles, tan solo cambia la forma de propulsarlos y el material del que se fabrican.
Sus 17 m. de tubo cuyo peso es de 88 tn., sus 225 tn de peso total y su sofisticada -para la época- maquinaria, nunca entraron en guerra, a pesar de que su montaje estaba listo para el combate en agosto de 1936.
Hoy descansan orgullosos de ser testigos del final de una época, permitiendo a los niños que suban a su tubo para su foto y, sobre todo, están en paz consigo mismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario